jueves, 12 de mayo de 2016

2016: año de la consciencia impecable


Avanzamos con las sesiones de Meditación Integral los martes, y las sesiones de Arte del Encuentro cada dos meses. Hemos llevado la poesía al Parque Centenario los domingos. Tenemos en suspenso las visitas a la Reserva Ecológica Costanera Norte, mientras terminamos la demorada edición del Anuario Eco Contemporáneo 14. Hay un par de nuevos lugares a punto de ser base de conferencias, recitales y otras actividades. Con la convicción de que es tiempo de proponer, en vez de reclamarle cosas a los sordos poderes.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Novedades 2015



Atravesamos el año 2015 rumbo a la 12ª celebración de la Fundación Espiritual de la Argentina. Ya a fines de noviembre fue distribuido por Urano el Horóscopo Chino 2016 de Ludovica Squirru. El 4 de diciembre volveremos a reunirnos en Ojo de Agua (Traslasierra, Córdoba) para fraternizar en esta latitud generacional y destacamos la inclusión en el libro de dos lúcidos testimonios de transformación expansiva: uno sobre el Campo Núbico, de Flavia Canellas, y otro sobre la Convocatoria Fundacional, de Miguel Grinberg. Visitanos periódicamente para nuevos anuncios. Y accedé también de vez en cuando a la página  http://www.ludovicasquirru.com.ar/  para más detalles convivenciales.


sábado, 14 de marzo de 2015

Un diario de Grinberg nos asoma al corazón de la generación beat

"MEMORIA DE LOS RITOS PARALELOS"


En "Memoria de los ritos paralelos", el periodista, traductor y ecologista desempolva un diario escrito en Nueva York, en 1964, cuando la cultura beat asomaba como un contrapunto a la intervención norteamericana en Vietman y el poeta anudaba vínculos, entre otros, con Henry Miller, Allen Ginsberg, Le Roi Jones, Jonas Mekas, Lawrence Ferlinghetti y Thomas Merton.

20.05.2014   Télam
A cincuenta años del rescate de "este casi papiro" del techo de su casa en Brasil- el periodista, traductor y ecologista recrea cómo fueron esos días en los que sobresale el recuerdo de un viaje interior, más que el mapa que lo llevó de México a Estados Unidos, con idas y vueltas por el territorio norteamericano para ver a figuras, que sin conocerlas ya admiraba.

Grinberg fundó Nueva Solidaridad, un movimiento que tuvo el patrocinio de tres escritores famosos -"aunque a nosotros no nos conocía nadie"- y les propuso dirigirlo honorariamente. "Henry Miller y Thomas Merton dijeron que sí y sobre la marcha recibimos un entusiasmado apoyo de Julio Cortázar que en esos días trabajaba en París para la Unesco, como traductor", recuerda.

La primera reunión la co-organicé con una revista literaria mexicana, El corno emplumado, dirigida por Sergio Mondragón y Margaret Randall; yo había sacado con Antonio Dal Masetto, una   llamada Eco contemporáneo, desde fines de 1961. Salieron ambas el mismo bimestre y sin saber que éramos parte de un movimiento, dado a conocer paso a paso", cuenta el escritor a Télam.

En ese tiempo, dice, "aparecieron El pez y la serpiente en Nicaragua, dirigida por Pablo Antonio Cuadra y Ernesto Cardenal; el movimiento nadaista de Colombia, liderado por el poeta Gonzalo Arango; el grupo El Techo de la Ballena, de pintores y escritores venezolanos; después en México conocí al chileno Alejandro Jorodowsky; todos conectados por revistas literarias de la época".

El poeta argentino pensaba estar quince días en México y volverse pero una circunstancia inesperada cambio sus planes. El abad del monasterio de Kentucky, donde estaba Merton como monje trapense, no le dio permiso para viajar porque tenía miedo que no volviera y se fuera a la comunidad que Cardenal fundó en Solentiname.

"Cuando el 24 de febrero llegué a México entre la correspondencia estaba el mensaje a los poetas -hoy famoso- con una esquela: "`No me dejan salir, pero me autorizan para que me visites`, me escribe Merton".

"Y me pregunté como llegar a Estados Unidos: Thelma Nava, esposa del poeta mexicano Efrain Huerta, era secretaria privada del director de Ferrocarriles y me consiguió un pase abierto en tren desde el Distrito Federal hasta la frontera. De allí a la casa de los padres de Randall, en Albuquerque, Nuevo México", relata.

"Armé un itinerario con poetas norteamericanos que habían venido a la reunión, los conocía por carta porque ya en esa época traducía a LeRoi Jones, Ginsberg, Paul Blackburn, Ferlinghetti, con ellos tenía una correspondencia amistosa".

Cuando cruzó el puente internacional escuchó en la terminal de omnibus a los Beatles: "Lo viví como una señal de bienvenida a un nuevo mundo. Minutos atrás desconocía la existencia de esos chicos de Liverpool, y de pronto se abrían las compuertas del universo y fluían océanos de información trascendental", apunta el autor del libro, con fotografías inéditas, publicado por Caja Negra.

En Albuquerque, el hermano de Margaret, John Randall, lo llevó a  Placitas, un lugar en la montaña para ver al poeta Robert Creeley, y de ahí se embarcó a Washington, donde cobró sus colaboraciones de la revista de la OEA, que le consiguió su amigo Rafael Squirru, director de Asuntos Culturales de ese organismo internacional.

"El lunes que llegué a Nueva York, me invitaron a leer mis poesías -que traduje rápidamente al inglés- en el Café Le Metro en la Second Avenue, donde se reunía la vanguardia: la banda de Andy Warhol, el poeta Julien Beck, la actriz Judith Malina de The Living Theatre. Todo el `avant garde` -define-. Y en la librería principal de la ciudad, en la calle 8, se vendía mi revista".

"Estando ahí, evoca Grinberg, un poeta con una combi me llevó a Kentucky a ver a Merton, donde estuve una semana retirado. De ahí tenía que volver a la costa y con cinco dólares -que contribuí para la gasolina- los jardineros de la abadía me alcanzaron a Cincinnati (Ohio), después fui a San Louis (Missouri) y a Washington. Es decir iba y venía".

"Primero, me mudé a un departamento de un amigo argentino, que estudiaba teatro, y luego a lo del editor Ted Wilentz, dueño de la librería de la Eight Street", desliza y nombra otros lugares en los que visitó a otros poetas: Wichita (Kansas), Oregon, San Francisco, donde participó en Berkeley de las primeras protestas contra la guerra de Vietnam, y a Los Angeles para ver a Miller.

"Era un tipo divertido, estaba muy interesado en el movimiento de los poetas y me hacía preguntas exóticas, como si era verdad que había fuego en la Tierra del Fuego, estaba fascinado -dice-. Volví por el oeste a Placitas, Texas, Ciudad Juárez, casi un año".

Durante ese período en Nueva York tuvo una discusión telefónica con Jack Kerouac, “él me acusaba de querer organizar a los poetas y no crear situaciones para el encuentro de poetas, como yo quería".

En cuanto al avance de la vanguardia poética, "tuve un desacuerdo con Ginsberg -explicitado en el libro en dos cartas-, ellos reclamaban que el sistema no los moleste, no trataban de cambiarlo: les interesaba más ser homosexuales, fumar marihuana, proyectar películas pornográficas y ser amigos de Jean Genet".

Este libro, reflexiona Grinberg,  "no es un documental sobre mi vida social, sino es la soledad de un mutante en una ciudad durante la cual escribí un libro de poemas que se llama Opus New York, mi otro testimonio. Es un viaje al interior, mi vida espiritual, una travesía facilitada por una máquina de escribir".

"Después de tipearlo de nuevo, porque no se podia escanear el original, me di cuenta que ese viaje diseñó el itinerario de cincuenta años, como si me hubiera llenado de semillas", evalúa.

"De esa experiencia me hice ecologista -me despabile con dos libros que leí en casa de la novia de Wilentz que era bióloga marina-, y fui publicista de Hollywood en la Argentina para Columbia y para Fox porque me hice amigo de gente de la cinemateca de Nueva York, de Jonas Mekas: él seleccionó la muestra New American Cinema que organicé en el Instituto Di Tella un año después de volver".

Algunos de los que compartieron aquellos meses -hace cincuenta años- le están organizando un viaje de regreso y Grinberg adelanta: "Mi aventura no terminó todavía".


miércoles, 10 de abril de 2013

El amor como baluarte


LAS ENSEÑANZAS DEL SUFISMO Y LA POESÍA 

DE RUMI ILUMINAN ESTA DÉCADA SOMBRÍA





“Sólo puedes conocer a Dios si te has conocido a ti mismo. ¿Y dónde estás tú? No estás en tu cabeza, estás en tu corazón. La cabeza puede caer en coma, y todavía seguirás vivo. Hay gente que cae en coma y sigue en coma durante años. El corazón parece ser el punto de contacto entre tú y el universo. Es a través del corazón que estás conectado con el universo, y uno tiene que conocer su propio corazón: eso es el autoconocimiento, ése es el significado de ‘conócete a ti mismo’. Porque sólo conociendo tu corazón conocerás el contacto con el universo. Entrando en tu corazón, serás capaz de entrar en lo supremo."
Unión Mística / Osho




Escribe: Miguel Grinberg 
apm - NÚMERO 84
SEPTIEMBRE de 2006


Hay en estos momentos a nivel planetario dos situaciones bien diferenciadas, que revelan la existencia de un enorme caudal de fenómenos masivos agónicos y al mismo tiempo la expansión sutil de una percepción intensa de un futuro armónico posible. Lo primero se presenta multipropalado de manera persistente, lo segundo es encarnado por individuos que no buscan notoriedad y que se excluyen del vértigo agónico dominante por todas partes.

Lo primero tiene tono de apocalipsis, lo segundo es la celebración del amor en su más refinada significación. Esto último no es un rito clandestino; hay una multitud de autores que se ocupan de ello como siembra irrefrenable, Osho, Deepak Chopra, Claudio Naranjo, Fritjof Capra, Matthew Fox, Humberto Maturana, Carlos Castaneda, Peter Russell, el Dalai Lama, Laurence Freeman, Satish Kumar, Francisco Varela, Ken Wilber, Edgar Morin, Leonardo Boff, Thomas Berry, y muchos más.

Pero, claro está, vivimos en una época signada por la incertidumbre y la descomposición. No es lo único que sucede, pero la prensa escrita, radial y televisada se esmera en atosigarnos sin cesar con todo lo que ofrece la cloaca social contemporánea. No podemos dar un paso sin que caiga sobre nosotros algún boletín de actualidades con referencia a conflictos bélicos, atentados terroristas, epidemias, asesinos seriales, catástrofes climáticas, accidentes descomunales, gente muriéndose de hambre y espectáculos afines. Nos dicen que eso es “información” y falsean la realidad porque “informar” es revelar la verdad íntima de un suceso, y la maratón de noticias que nos envuelve por cierto desinforma, crea un vendaval de ruido coyuntural que no nos remite a la trama estructural de este momento histórico.

Numerosos observadores esclarecidos nos remarcan que el oscurantismo religioso contemporáneo, combinado con el desarrollo tecnológico al servicio del belicismo, dio lugar a una nueva y macabra etapa en la historia: el terror global . Sostienen que las alianzas irracionales de la segunda mitad del siglo XX, entre naciones tecnológicamente desarrolladas y teocracias fundamentalistas, crearon el caldo de cultivo de la guerra que hoy estamos viviendo.

En un plano espiritual mucho más sutil, paralelamente a las tres grandes religiones monoteístas de raíz abrahámica, judaísmo (dividido en ortodoxia sionista y progresismo laico), cristianismo (escindido en catolicismo, ortodoxia y protestantismo) e islamismo (donde se confrontan chiítas y sunnitas), hay tres vertientes de sabiduría esotérica que en nada participan de la tenebrosa maraña de prejuicios y fanatismos que flagelan a la humanidad. Se trata del kabalismo, el esenismo y el sufismo.


La Kabalah hebrea resume lo más refinado de la interpretación bíblica. Enseña que los seres humanos estamos expuestos a incontables influencias. Cuando algo capta nuestra atención a tal punto de querer poseerlo atraemos forzosamente situaciones en nuestro camino por alcanzarlo. Las influencias captan al deseo. Lo deseado crea una dependencia, una dirección que activa todo nuestro ser en pos de los objetos que anhelamos. Ello establece un encadenamiento de circunstancias –causas y consecuencias– que marcarán nuestro “destino”. Ser humano significa poseer conciencia moral, lo que no pertenece al campo de los sentidos: el discernimiento espiritual. En cambio, cuando nuestro discernimiento no supera la realidad material-sensorial vemos al mundo como un mero mecanismo instintivo y materialista sin corazón; entonces asociamos el destino humano al de la materia cuyo fin es la disolución, la muerte. Un vacío de significados.


La tradición esenia brotó en tiempos de Moisés y desempeñó un papel central no sólo en los años formativos del Jesús histórico, sino durante los últimos veinte siglos, como tradición invisible. Para los esenios de Qumran (fuente de los Manuscritos del Mar Muerto) la palabra “ángel” describía los elementos del mundo que hoy se describen como fuerzas eléctricas y magnéticas. Declararon siempre que somos un producto muy especial, surgido de un matrimonio sagrado entre el alma de los cielos y el tejido de nuestro mundo. Se comenta que numerosos textos esenios –que resumen su sabiduría– fueron eliminados del Concilio de Nicea, y deberían estar incluidos en la Biblia por su importancia histórica y espiritual.


Entre las gemas únicas del sufismo encontramos al maestro persa Mevlana Jalaludín Rumi (1207-1273). Nació en Balk (que hoy está en el norte de Afganistán) y fue hijo de un gran maestro sufi de entonces. Lo criaron dentro del mundo místico desde muy pequeño. Al fallecer su padre, se convirtió en su sucesor y tuvo diversos ilustres e iluminados maestros, que fueron sus tutores y guías. Cuando se encontró con el gran maestro Shams i Tabriz, Rumi despertó al máximo de su potencial. Esa reunión suprema fue llamada “un encuentro entre dos océanos”. Creó la orden devocional de los Derviches Danzantes. Los sufíes suelen decir que el sufismo es el camino que pretende purificar el corazón, que es el órgano donde se concentra el espíritu, siguiendo el dicho profétic o que dice “en el ser humano hay un trozo de carne que si está sano, todo él está sano, y si está corrupto, todo él está corrupto, y ese órgano es el corazón” . Es el camino del amor profundo a Dios. Y como ha dicho un maestro actual, Shaij Nazim al-Qubrus i , “es otorgar a cada cosa su realidad” , o como dicen otros, “vestirse con las más nobles características” .

En un poema de Rumi leemos: “Reconoce que tu imaginación, tu pensamiento y la percepción de tus sentidos son como varas de caña que los niños cortan para simular que son caballos. Desiste de tus deseos y tus inclinaciones, y una montura real aparecerá debajo de ti. Serás testigo de la expansión de aquel mundo, donde serás liberado de las reclusiones de éste” .

Al analizar el sufismo, Osho explica que el intelecto sigue pensando y pensando, y nunca conoce. En tanto el corazón nunca piensa, sólo conoce. El corazón es la facultad del conocer real. En el mundo del corazón, conocer significa ser; no hay diferencia entre conocer y ser. El científico conoce el objeto allí, separado de sí mismo. El místico conoce a Dios, no como un objeto sino como su propia subjetividad: aquí, en sí mismo, como sí mismo.

Hakim Sanai dice que la persona pura, el meditador, conoce la unidad de dos. Y el amante conoce la unidad de tres: el amor, el amante y el amado. En quien ama cabalmente, llega un punto donde todo está integrado; mientras, los pensamientos lo mantienen fragmentado y dividido. Cuando todos los pensamientos han desaparecido, ¿cómo puede estar dividido, cómo puede estar fragmentado? Surge la integración, uno está centrado, cada cual es uno. Y en esa unidad, ha conocido; ya ha conocido y se vuelve ilimitado.
El corazón llega a conocer, y entonces el corazón le informa al intelecto: “ Ahora no eres necesario, no te preocupes por ello: ha sucedido. Ahora no es necesario indagar y buscar, ¡detente! He llegado a conocer ”. Siempre es el corazón el que conoce, recordémoslo. De allí el énfasis en la confianza, en la entrega. Rumi nos dice: “ El amor existe desde el origen a la eternidad. El que va en pos del amor no tiene par. Excepto el amor intenso, excepto el amor, no tengo otro trabajo; salvo el amor tierno, no siembro otra semilla ”.

El famoso sufí argelino Mustafa al ‘Alawi describía al tawhid (la realización de la Unicidad divina, o el objetivo supremo del sufismo) como algo que no está escrito en las hojas de papel o lo que pronuncian los charlatanes. “ El tawhid son las huellas que dejan los amantes y lo que brilla de su luz en los horizontes ”. O también: “ El sufismo no es algo que se pueda expresar con palabras, sino una certidumbre absoluta y realización. Cuánto ignorante se regocija en su ignorancia y cuánto conocedor sufre por su conocimiento  .

Los sufís proclaman que si hay una verdad central que el sufismo distingue, es la Unidad de ser , el hecho de que estamos integrados con lo divino. Somos uno: una comunidad, una ecología, un universo, un ser. Si es que hay una verdad digna de ese nombre, es que formamos un todo con la Verdad, que no estamos separados de ella. La comprensión de esta verdad tiene efectos en nuestro sentido de quienes somos, en nuestra relación con los demás y con todos los aspectos de la vida. El sufismo tiene que ver con la comprensión de la corriente de amor que corre a través de toda forma de vida, con la unidad detrás de todas las formas conocidas y desconocidas por la humanidad.

Otro poema magno de Rumi, titulado “La casa de huéspedes”, expresa:
El ser humano es una casa de huéspedes, 
Cada mañana llega alguien nuevo: 
Una alegría, una depresión,
una mezquindad. 
Alguna conciencia momentánea llega 
Como un visitante inesperado. 
¡Dale la bienvenida! 
Aunque sea una multitud de penas, 
Que barren violentamente tu casa 
Y la despojan de todo mueble, 
Aun así, trata con honores a todo huésped. 
Puede que te esté preparando 
Para algún nuevo deleite. 
El pensamiento oscuro, la vergüenza,
la malicia, 
Recíbelos en la puerta riendo, 
E invítalos a entrar. 
Agradece la llegada de todos, 
Porque cada uno te ha sido enviado 
Como guía desde el más allá.









Suele decirse que sufismo es “un acercamiento amoroso a la realidad”. No se ata a un dogma religioso, ni a una ideología. Es un modo de experimentar la vida y el universo como un todo respondiendo a un plan único, de acuerdo a unas leyes universales o fundamentales. Requiere disciplina, desapego, intensidad vivencial, meditación integral, discernimiento unánime. Es una escuela viva o forma de vida que busca primordialmente hacer un llamado hacia la unidad de toda la existencia, a que cada ser humano alcance su verdadero estado de plenitud y bienestar e integre en sí mismo la trascendentalidad o espiritualidad, es decir, lo más significativo y fundamental que existe en cada uno de nosotros. No se impone ni actúa como la única respuesta a las incógnitas y misterios de la existencia. Dentro del sufismo se busca liberar al ser humano de las cadenas de la ignorancia para que pueda comprender la esencia inmutable del Ser.

Nada más explícito que otro poema de Rumi:
A través de la eternidad 
La Belleza descubre Su forma exquisita 
En la soledad de la nada; 
coloca un espejo ante Su Rostro 
y contempla Su propia belleza. 
Él es el conocedor y lo conocido, 
el observador y lo observado; 
ningún ojo excepto el Suyo 
ha observado este Universo. 

Cada cualidad Suya encuentra
una expresión: 
la Eternidad se vuelve el verde campo de Tiempo y Espacio; 
Amor, el jardín que da la vida, el jardín de este mundo. 
Toda rama, hoja y fruto 
revela un aspecto de su perfección: 
los cipreses insinúan Su majestad, 
las rosas dan nuevas de Su belleza. 

Siempre que la Belleza mira, 
el Amor también está allí; 
siempre que la belleza muestre una mejilla sonrosada 
el Amor enciende su fuego con esa llama. 
Cuando la belleza mora en los oscuros vallecitos de la noche 
el Amor viene y encuentra un corazón 
enredado en los cabellos. 
La Belleza y el Amor son cuerpo y alma. 
La Belleza es la mina, el Amor,
el diamante. 

Juntos han estado 
desde el principio de los tiempos, 
lado a lado, paso a paso.

A través de la historia, miles se han asesinado entre sí como fieras desenfrenadas. Pero también, muchos otros han hecho de su vida un templo y de su corazón un emblema. Gracias a estos últimos el mundo se sostiene y queda mucha tarea germinal por hacer. Aunque el noticiero insista con su mueca moribunda.



Humanidad en Acción



UN NUEVO MOVIMIENTO GLOBAL DE LA SOCIEDAD CIVIL
RECLAMA JUSTICIA SOCIAL A LOS LÍDERES MUNDIALES



Casi 24 millones de personas se pusieron de pie el 16 de octubre pasado en más de cien países bajo el lema “Levántate” (Stand up, en inglés), iniciativa de la sociedad civil adosada a la Campaña del Milenio de Naciones Unidas, con el objetivo de contribuir a eliminar la pobreza extrema y el hambre en nuestro planeta. La compañía que supervisa las estadísticas de los Récords Mundiales Guinness verificó oficialmente que dicho evento estableció por primera vez una marca mundial de cantidad de personas levantadas contra la pobreza en varias ciudades en un plazo de 24 horas. Al mismo tiempo un síntoma y una incógnita.

Escribe: Miguel Grinberg
Imagen: Omar Panosetti

 apm - NÚMERO 85
ENERO de 2007



Cada tres segundos en nuestro planeta un niño muere como consecuencia de la miseria absoluta. Todo ello podría ser evitado, pero la “decisión política” fundamental no es tomada. Abundan los discursos, pero no las acciones. Levántate no pidió dinero: pidió la voz de la gente común para expresar un sentimiento global. Hubo respuestas en iglesias y en escuelas, en asentamientos precarios y frente a hoteles de lujo, en campos de cricket en India y en estadios de fútbol en México.

Resultó expresiva la manifestación mexicana, pues casi 170 mil hinchas de fútbol que asistían a los nueve partidos de la 13ª fecha de la primera división del fútbol azteca se pusieron de pie en las tribunas y aplaudieron como modo de apoyar la campaña, mientras por los altoparlantes se leían las intenciones de esta iniciativa global. Allí se expresó lo siguiente:

• Cada año más de 10 millones de niños mueren de hambre y de enfermedades que puden prevenirse. Suman alrededor de 30.000 al día y uno cada tres segundos.
• Cada día 1,1 miles de millones de personas tienen que beber agua contaminada.
• Cada día 8.200 personas mueren debido al VIH/SIDA.
• 600 millones de niños viven en la pobreza absoluta.
• Más de mil millones de personas sobreviven con menos de u$s 1 al día.
• Las tres personas más ricas del mundo controlan más riqueza que 600 millones de personas que viven en los países más pobres.
• 800 millones de personas se van a dormir con hambre cada día.
• Cada año, 11 millones de niños perecen antes de su quinto cumpleaños.
• Alrededor de 18 millones de personas al año mueren debido a causas relacionadas con la pobreza. Eso suma 270 millones de personas entre 1990 y 2004 (casi el equivalente a la población de los Estados Unidos), la gran mayoría niños y mujeres.

En el cono sur, los promotores de esta jornada global sin precedentes ingresaron ese domingo 16 a la cancha del estadio Centenario de Montevideo, monumento mundial del fútbol, con un enorme cartel que decía “Levántate, el principal partido es contra la pobreza”, unos minutos antes del partido entre los clubes Liverpool y Cerrito, invitando al público a ponerse de pie, con el aval de la Asociación Uruguaya de Fútbol.

A grandes rasgos, en Jaipur, India, 30.000 aficionados al cricket, apoyados por el legendario bateador Sachin Tendulkar, se levantaron al iniciarse el partido entre la selección nacional y la de Inglaterra. En los Estados Unidos, el subsecretario general de la ONU, Mark Malloch Brown, la reina Noor de Jordania y el gurú Swami Ramdev, de la India, se pusieron de pie junto con miles de personas en la céntrica esquina de Times Square, en Nueva York. Cientos de miles se levantaron durante un minuto en un concierto musical contra la pobreza en los barrios marginales de Mbare en Harare, capital de Zimbabwe. Escolares de el Líbano, Jordania, Gaza y Cisjordania se pusieron de pie para protestar porque no todos los menores pueden acceder a la escuela. Los organizadores de la iniciativa en Bangladesh indicaron que más de 500.000 jóvenes se unieron en largas cadenas humanas en 64 ciudades de este país. El presidente de Malawi, Bingu wa Mutharika, se unió a miles de personas en una manifestación contra la pobreza en la capital. En Filipinas, la presidenta Gloria Macapagal-Arroyo se puso de pie y prometió eliminar la pobreza.

En Buenos Aires, las reuniones se hicieron en dos plazas: la de Belgrano y la del Congreso, donde cada encuentro culminó con una sesión de “abrazos gratis”.

La ciudadanía mundial se “levantó” con la intención de recordar a las clases dirigentes y a los países miembros de Naciones Unidas su compromiso con la población del planeta y señalar también que el plazo para cumplir los objetivos acordados es el año 2015. Los Objetivos del Desarrollo del Milenio fueron asumidos por los Estados miembros de la ONU mediante la “Declaración del Milenio”, carta de intención redactada en 2000, cuya finalidad es la de mejorar el destino de la sociedad. La Campaña del Milenio cuenta con la solidaridad –entre otros– de artistas, deportistas y celebridades internacionales como Shakira, Richard Gere, Alyssa Milano, Youssou N’ Dour, Angelique Kidjo, Gentleman, Carlinhos Brown, Sir Sind Helden, Lenny Kravitz, Keisha Castle-Hughes, Michael Douglas, Paz Vega, Vijay Amritraj, Dr. Elie Wiesel, Los Tigres Del Norte, A.R. Rahman y Jesse L. Martin.
 
Las metas trazadas abarcan la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de géneros, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el SIDA y otras enfermedades, proteger el medio ambiente, y crear una asociación para el desarrollo. Las naciones comprometidas fijaron esos ocho objetivos y diagnosticaron que se podrían cumplir a través de la relación directa entre los gobiernos, el apoyo de la iniciativa privada y la colaboración de la sociedad para reducir las desigualdades que imperan en el mundo.
 
La coalición independiente Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP, por su sigla en inglés), red internacional de movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales, impulsó la manifestación en conjunto con la Campaña del Milenio de la ONU, iniciada el 16 de septiembre y que culminó el martes 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Entre las organizaciones que se unieron al Llamado se encuentran los más grandes sindicatos. En total representan a 150 millones de personas. “Pero no todas estas colectividades pudieron movilizar a sus miembros en un solo día”, declaró desde Johannesburgo el portavoz del GCAP, Kumi Naidoo, “aunque el resultado es un récord muy superior al que esperábamos”.


En la sede de la ONU en Nueva York, al recibirse la información oficial sobre el número de participantes en el evento (23.542.614) se produjo una gran algarabía, y Eveline Herfkens, coordinadora ejecutiva de la Campaña del Milenio declaró: “Juntos hemos establecido un récord increíble con el mayor número de personas que se hayan alzado para exigir acción sobre la pobreza, pero el récord que realmente queremos quebrar es el récord mundial del incumplimiento de promesas y del ignorar a los pobres.”


En 1995 fue creada una red internacional denominada Social Watch (Observatorio de la Ciudadanía). Reúne a casi 400 organizaciones de la sociedad civil, con sede en 60 países, dedicadas a la tarea de erradicar la pobreza extrema y disminuir las desigualdades. Entre sus principales misiones está la redacción de informes anuales sobre el desarrollo social en el mundo a fin de servir como instrumento de monitoreo y presión sobre los gobiernos para que cumplan los compromisos asumidos en las cumbres del ciclo social de Naciones Unidas en la década de los años noventa. El Informe 2005 acaba de ser lanzado en Brasil y el panorama revelado por los indicadores y los análisis que contiene, a semejanza de los años precedentes, es desolador. Lo más notorio es el escaso progreso en la disminución de las inmensas desigualdades no sólo entre naciones, sino también entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres, y entre diferentes grupos étnicos en cada país.

 

 La socióloga brasileña Fernanda L. Carvalho, del Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos (IBASE) comentó que “el informe muestra que avanzamos muy poco, en todo el planeta, en desarrollo social desde 1995 y que los compromisos asumidos por los gobiernos han sido más ejercicios de retórica que guías para la acción. Si continuamos al mismo paso, ni siquiera serán alcanzadas las modestas Metas del Milenio, establecidas por la ONU en 2000. Entramos al siglo XXI conviviendo con situaciones dramáticas que incluyen retrocesos en indicadores como la expectativa de vida, desnutrición y mortalidad infantil, en el sur de Asia y en el África subsahariana. En países como Eritrea y la República Democrática del Congo, más del 70% de la población sufre de desnutrición. En otros, como Bangla Desh y Afganistán, casi la mitad de los niños menores de 5 años se encuentra debajo del peso mínimo recomendado. En 14 países africanos las tasas de mortalidad infantil son hoy mayores que hace 15 años”.

La especialista destaca que la situación de las mujeres es especialmente grave. En algunas regiones, ellas constituyen por lo menos dos tercios de los 860 millones de analfabetos del mundo; generalmente viven en áreas rurales, en su mayor parte en África, en los países árabes y en el este y sur de Asia. Entretanto, lo más chocante está en los contrastes, las distancias en calidad de vida que se revelan brutalmente y que podrían ser sintetizadas en el hecho de que para una niña nacida hoy en Japón, la expectativa de vida es de 85 años, mientras que para una niña nacida en Sierra Leona es de apenas 36 años.

Cada año, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la región latinoamericana produce cuatro veces la cantidad de alimentos necesaria para su población, sin embargo 58 millones de latinoamericanos y caribeños están desnutridos. 

A pesar de que el proceso de conferencias de la ONU haya producido pocas transformaciones concretas, acabó teniendo un impacto positivo e importante en la movilización de la sociedad civil internacionalmente en los últimos diez años, y en su capacidad no sólo de crítica sino también de formular propuestas.

La declaración mundial del 16 de octubre expresa: “Nos hemos levantado aquí, con orgullo, como miembros de la generación que se propone vencer la pobreza extrema. Nosotros, cientos de miles de personas conscientes, de más de 100 países, nos levantamos para decirles a los líderes de los países ricos que cumplan. Que luchen para mantener sus promesas de cancelar la deuda externa, de otorgar más y mejor asistencia al desarrollo y garantizar normas justas de comercio internacional que ayuden a luchar contra la pobreza. Ustedes saben lo que se necesita hacer: háganlo. También, nos levantamos frente a los líderes de los países pobres para decirles que también ellos tienen que cumplir. Que adopten como su principal responsabilidad salvar las vidas de sus ciudadanos más pobres. Les pedimos que sus administraciones sean transparentes y responsables en la gestión del dinero público, que combatan la desigualdad y que erradiquen la corrupción. Ustedes saben lo que se necesita hacer: háganlo. Cada generación ha tenido sus batallas, como la que luchó en contra de la esclavitud o la que lo hizo contra la segregación racial. Estas batallas parecían imposibles de ganar, pero la historia nos ha demostrado una y otra vez que estas batallas se pueden ganar si suficientes personas se unen y se levantan contra la injusticia. Hoy tratamos establecer un récord por el mayor número de personas que se levantan para exigir acciones contra la pobreza, pero con lo que nos gustaría realmente romper es con el récord mundial de promesas rotas y la costumbre de ignorar a los pobres. Somos seis mil millones de voces y queremos justicia ahora. Sin excusas. No las toleraremos”.

domingo, 31 de marzo de 2013

Portadores de Sabiduría


Nuevas latitudes de la experiencia 
humana en la Tierra

Escribe: Miguel Grinberg



Imágenes: Andrés Bestard





"Estamos viviendo en la mayor revolución de la historia, un enorme cataclismo espontáneo de la especie humana íntegra: no la revolución planificada y llevada a cabo por algún partido, raza o nación en particular, sino un profundo y elemental hervor desbordante de todas las contradicciones internas que siempre habitaron al hombre, una revelación de las fuerzas caóticas dentro de cada cual. No es algo que hayamos elegido, ni es algo que podamos eludir. Esta revolución es una profunda crisis espiritual del mundo entero, manifestada vastamente con desesperación, cinismo, violencia, conflicto, auto-contradicción, ambivalencia, temor y esperanza, duda y creencia, creación y destructividad, progreso y regresión, apego obsesivo a imágenes, ídolos, slogans, programas que embotan la angustia general sólo por un momento hasta que estalla por doquier de un modo más agudo y terrorífico... El hombre está preparado para convertirse en un dios, y en cambio a veces luce como un zombie."
Thomas Merton

En este preciso instante, en esta zona del orbe que llamamos Tierra, tiene lugar un acontecimiento trascendental a la vez traumático y regocijante. Es como el nacimiento de un bebé, pero a escala global. Se trata de una emergencia generativa que no tiene precedentes y que, por lo tanto, le exige un esfuerzo titánico a nuestra capacidad de percepción. Por primera vez en la historia de nuestra especie, estamos en condiciones de trascender nuestra animalidad básica y de ingresar a territorios inexplorados de la experiencia evolutiva. Fluidamente, sin compulsión ni violencia.

Estamos dándonos a luz a nosotros mismos como seres noéticos (portadores de espiritualidad consciente). No es algo que se esté llevando a cabo como precedido por una planificación premeditada, sino que se inventa a sí mismo en el mismo momento de acontecer. Y porque sucede, se hace posible. Esta eclosión de energías reveladoras es la desembocadura de un prolongado proceso de refinamiento del potencial humano a través de los siglos. Maestros iluminados, visionarios anónimos, mesías, avatares, profetas e iniciados de intensidad y proyección variadas, fueron modulando la sustancia de este largo peregrinaje a través de la expansión transformadora de la consciencia humana.

Este autor llama eco-espiritualidad a la fuerza motriz de esta epopeya, porque es tanto una recreación del hecho de "vivir en la Tierra" (realidad física) como una ligazón incondicionada con la "energía divina" (realidad suprema). Existen muchas distorsiones y prejuicios ante el uso del adjetivo "espiritual", y conviene hacer algunas aclaraciones al respecto para reducir al mínimo los malos entendidos (bien intencionados o de los otros).

La Metafísica (más allá de la física, en griego) es la rama de la filosofía que investiga sistemáticamente la naturaleza de los principios basales y los problemas de la realidad última. Se complementa con la Ontología (estudio del ser) y la Epistemología (exploración de la naturaleza y del origen del conocimiento). La Teología estudia la naturaleza de Dios y las verdades religiosas.
Dentro de los vastos territorios filosóficos, existe una doctrina llamada Espiritualismo que –tanto ante los fenómenos naturales como ante los valores morales– sostiene la independencia y la primacía del espíritu con relación a las condiciones materiales, afirmando que los primeros constituyen una manifestación de fuerzas anímicas o vitales, y los segundos creaciones de un ser superior o de un poder natural y eterno, inherente al hombre. Simultáneamente, el Espiritismo es una creencia en la supervivencia del alma y en la posibilidad de comunicación a través de médiums (personas capaces de recibir mensajes de ultratumba debido a sus facultades psíquicas especiales) entre vivos y muertos, entre los espíritus encarnados y los desencarnados.

El término latino "spiritu" se ha referido tradicionalmente al principio vital o a la energía animadora de las criaturas vivientes: el segmento inmaterial del ser humano. Pero también ha servido para referirse a entidades sobrenaturales como ángeles, demonios, hadas, gnomos, elfos y duendes. En el mundo cristiano, el Espíritu Santo es la tercera Persona de la Trinidad. Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas afirman que la Virgen María concibió a Jesús del Espíritu Santo, que el Espíritu de Dios descendió sobre Jesús en el bautismo, y que Jesús estaba pleno del Espíritu Santo cuando rechazó las tentaciones de Satanás en el desierto. En el Evangelio de Juan habla Jesús del Espíritu Santo como del "Consolador" (el término griego es "Paracleto") y del Espíritu que guiará a los hombres por la senda de la verdad, y estará con ellos para siempre como presencia continua de Dios.

 


A partir de aquí, hay bibliografías infinitas que densifican ilimitadamente la conversación. Muchos pueblos antiguos creían en la existencia de espíritus astrales que vivían en diversos cuerpos celestes. A veces aparecían como ángeles caídos, y otras como almas humanas que aún no habían alcanzado el cielo. En ocasiones, se trataba de espíritus malignos o demonios que se inmiscuían en los asuntos humanos. Tales ideas primitivas han dejado huellas profundas en las leyendas populares y en el ocultismo. Según Paracelso (alquimista y físico suizo, 1493-1541) todo ser humano y aun toda partícula de materia tiene un elemento astral o sideral. En los siglos XIII y XIV se llamó "espirituales" a los frailes franciscanos que practicaron la regla de San Francisco de Asís (1181-1226, padre espiritual de algunos movimientos ecologistas actuales) en su modalidad más rigurosa, especialmente lo referido a la pobreza, y se convirtieron en promotores de movimientos místicos y milenaristas. Algunos de ellos se unieron a los fraticelli y otros murieron en las hogueras de la Inquisición.

Habitualmente, pensadores actuales definen al espíritu como "aliento vital", según etimologías antiguas de origen griego, hebreo y latino, señalando que la vida espiritual tiene sus raíces en el cuerpo. El tema se complejiza cuando se define al alma como principio inmortal o "chispa divina" del hombre: teológicamente aparece como la naturaleza espiritual del hombre considerada en relación con Dios y definida como inmortal, separable del cuerpo a la hora de morir, y susceptible de goce o desgracia en un estado futuro. O sea, como espíritu desencarnado.

En este escrito, se asume lo espiritual sin ligarlo a una religión específica, fuera de especulaciones místicas, ocultistas, gnósticas, panteístas o sobrenaturales, libre de fantasías de índole inmaterial o incorpórea. Se habla del espíritu como nous o fuerza explicadora de las cosas (según los griegos), de la mente como totalidad de los procesos psicológicos, y del alma (del latín anima) como soplo, exaltación, aliento o principio activo de la vida.

Algunos de los prejuicios más comunes en esta zona surgen por igual de círculos religiosos tradicionales y de grupos ideológicos ateos. Para los primeros, toda "espiritualidad" no inscripta en el dogma pertinente resulta sospechosa y sujeta a repulsa, como agente de heterodoxias si no paganas, por lo menos inaceptables. Para los segundos, todo lo espiritual es sinónimo de "religión" o de "clericalismo" y por consiguiente les resulta menester combatirlo.

El nous ha dado origen a dos términos cruciales: noética y noósfera. Este último fue creado por el sacerdote jesuita Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) y designa la "capa pensante" humana que recubre la Tierra. Es la envoltura energética formada por toda la actividad espiritual de los humanos: vasta trama psíquica cuya aparición se remonta a los primeros hombres, en la aurora del pensamiento reflexivo, y cuya densidad no hace más que crecer en función del número de seres humanos y de la calidad de su pensamiento, su consciencia evolutiva y su predisposición transformacional. Dijo: "La Noósfera no puede funcionar sino liberando siempre más, y a un potencial más elevado, la energía espiritual". En el curso de la evolución, el desarrollo de la consciencia no reflexiva se designa como psicogénesis. En el momento de la aparición del hombre, la psicogénesis se trasforma en noogénesis o génesis del pensamiento reflexivo: "La psicogénesis nos había conducido hasta el Hombre. Se borra ahora, relegada o absorbida por una función más elevada: el alumbramiento primero, luego todo el desarrollo del Espíritu, la Noogénesis".

LA VIDA DESCARTABLE

La trivialización de la vida contemporánea ha apartado a las personas cotidianas de la posibilidad de introspección y de refinamiento de sus potenciales espirituales. Las ha incrustado en una visión del tiempo completamente restrictiva y esterilizadora, sujeta a rituales recurrentes de consumo y a credos materialistas que bloquean toda iniciativa de conscientización reveladora. Han sido reificadas o convertidas en cosas, tan descartables como los envases y los objetos que asfixian a la naturaleza. Perdidas en esa maraña de "externalidad", oscilan entre la desesperación y el aturdimiento, a la espera de buenas noticias que jamás llegan.

No promovemos el retorno a la Grecia antigua, pero cabe recordar que desde muy antiguo distinguían entre la psyche (ser individualizado, singular e irreductible) y el thymos (impulso indiferenciado que caracteriza a todo ser vivo y que alcanza su potencia máxima en el caso humano). No obstante, a veces psyche designa un mero principio de animación, al menos por su significado original de "hálito". La mayor parte de los términos que significan "alma" poseen este significado primitivo. Fue posteriormente Aristóteles quien introdujo una división tripartita en el alma, al hablar de una parte vegetativa (propia de las plantas), una parte sensitiva (propia de los animales) y una parte racional (propia de los hombres). 

Esto no significa que el hombre sólo tenga un alma pensante, sino más bien que ésta caracteriza al ser humano respecto de los demás seres. Esta alma pensante, segmento superior del conjunto, puede llamarse pneuma (espíritu), antes que psyche. El alma humana es de naturaleza espiritual y reflexiva, y es una herramienta de amor.

No es necesario extenderse sobre el amor en cuanto a la unión entre personas: se conoce o no se conoce. Es la forma suprema que toma la consciencia humana, la energía fundamental que mueve el universo. La energía cósmica es energía de amor. Sentido sexual, sentido humano, sentido cósmico, son manifestaciones interdependientes. Teilhard destaca: "El Amor es la sangre misma de la Evolución espiritual. Es una función de tres términos: el hombre, la mujer y Dios, que se revela a nuestra consciencia por el sentido sexual, por el sentido humano, por el sentido cósmico. El amor-energía, bajo todos sus matices, no es ni más ni menos que la señal en forma más o menos velada, que se halla colocada en el corazón de cada elemento por la Convergencia psíquica sobre sí mismo del Universo. Sólo un verdadero super-amor (es decir, sólo la atracción de una verdadera super-persona) puede, con necesidad psicológica, dominar, captar y sintetizar la multitud de otros amores de la Tierra".

En perspectiva, la obra humana prioritaria consiste en recobrar cierta cualidad espiritual y sagrada, a modo de renovación o recreación, con libertad para procurar verdades más elevadas. En este sentido, podríamos sostener que el Génesis no ha concluido, se proyecta en el tiempo y el espacio como desafío para encarnar la evolución cósmica en el "aquí y ahora". Nuestra época desnaturalizada posee una sola palabra para el "tiempo". Los griegos tenían dos: chronos (el tiempo del reloj, el tiempo que se mide) y kairos (no el tiempo cuantitativo del reloj sino el tiempo cualitativo de la ocasión). Todos experimentamos en nuestras vidas la sensación de que llegó el momento adecuado para hacer algo, que estamos maduros, que podemos tomar una decisión determinada. En cierto modo, todos nosotros somos Adán y Eva.

La raíz etimológica oikos (morada), punto de partida de la Ecología como ciencia que estudia las interrelaciones del mundo natural, se expande para insertarse en el mundo espiritual y para abrirnos perspectivas sólo advertidas fragmentariamente a través de este tiempo caníbal. Dos gigantescas guerras mundiales (1914-18 y 1939-45) y la actual furia homicida notoria en los Balcanes, el Asia Menor o el Medio Oriente, junto con la triste memoria de los epígonos europeos totalitarios de la nación-estado (Hitler, Mussolini, Stalin y Franco), ilustran la agonía del Viejo Mundo en lo referido a la apertura de metas luminosas para el crecimiento espiritual de nuestra especie. Hoy que Occidente celebra la disolución del Imperio Soviético como un triunfo del capitalismo, no podemos menos que advertir que no es otra cosa que un prólogo de la disolución del Imperio Estadounidense. Un estado de coma que el atormentado cineasta ruso Andrei Tarkovski resumió de este modo años atrás: "Hay motivos de sobra para las aflicciones en nuestra civilización: el desarrollo material y tecnológico avanza más y más por un lado, dejando atrás el aspecto espiritual. Hay un conflicto entre el desarrollo material y el atraso espiritual". Le faltó aliento para descubrir que tal desarrollo material no es avance sino retroceso, y que no hay atraso espiritual alguno en el universo: sólo hay negación de lo espiritual en los baluartes de la mentalidad totalista de los traficantes de odio, miedo e infelicidad.

No postulo desde la eco-espiritualidad una nueva filosofía: nos aplicamos a sintonizar cierto amor planetario que anda dando vueltas. La "filosofía" ha sido el estudio de los procesos que gobiernan el pensamiento y la conducta, o la investigación de los principios que regulan el universo y sustentan toda realidad. Amor (philos) a la sabiduría (sophia): noble causa. Pero queremos ir más allá de las especulaciones filosóficas o teológicas. De los circuitos cerrados de "iluminados" a prueba de convivencia.



Nuevo "estado de gracia"




La existencia humana es moldeada por dos pulsiones supremas: la vida y la muerte. Que en la era actual se entrelazan con dos procesos mentales dramáticos: por un lado, el esfuerzo del individuo para afirmar su identidad a medida que toma consciencia del potencial evolutivo de su especie y, por el otro, la presión masificadora del Estado moderno, convertido en una maquinaria deshumanizante.


Escribe: Miguel Grinberg

Imágenes: Andrés Bestard


Así como en la antiguedad el clan, la tribu, la aldea y la comarca (hoy se diría la "biorregión" o la "eco-cultura") constituían el marco operativo real donde se desarrollaban los potenciales de sus miembros, así en la modernidad las inmensas ciudades y sus opacos suburbios, los núcleos fabriles y la trama de oficinas administrativas promovieron la configuración de un hombre-masa ajeno a su propia naturaleza y divorciado del orden universal.




Según el psicoanalista Erich Neumann, "la convulsión social que se abatió sobre el hombre moderno y en cuyo centro borrascoso hoy nos encontramos llevó, con su conversión de todos los valores, a una desorientación del individuo y del todo, cuya repercusión experimentamos y sufrimos diariamente, tanto en términos políticos, en la vida colectiva, o en la vida individual. (...) El ego del hombre moderno que se entregó de esa manera, sucumbe a un proceso reaccionario de masificación y es victimizado por la sombra colectiva, por un hombre-masa que está dentro de él. Mientras que en una psique integrada, el elemento negativo posee un lugar significativo, como descomposición y como muerte, vuelto caos y materia prima toma el peso del plomo y demuele el crecimiento: fragmenta la psique y con un ego derrotista y regresivo se convierte en un cáncer y un peligro nihilista. Con la desintegración de la consciencia del ego, todas las posiciones construidas en el curso del desarrollo humano son destruidas regresivamente, como en una psicosis" .




En esta vorágine de acontecimientos colectivos patéticos, reflejados sin cesar por los programas de "noticias" de la radio y la televisión, los titulares de la prensa amarilla, la corrupción de las clases dirigentes, el activismo impotente de multitudes no resignadas a ser tratadas como material descartable, la violencia de grandes sectores de la juventud agobiada por el tedio y el sinsentido de haber nacido en una sociedad deformada, las toxicomanías expansivas, la delincuencia irracional y guerras civiles de todo calibre, el hombre-masa se solidifica y se contrapone a la formación y al desarrollo de la consciencia y al mundo de la cultura, y pasa a ser irracional, letalmente emotivo, antiindividual y destructivo. Y en el sentido más negativo del término "arcaico" pierde los lazos que lo identificaban con su ser solidario y adquiere matices de hombre-bestia. El propio anonimato del individuo masificado intensifica el accionar de su lado sombrío y desata una infinidad de rituales sádicos.

Cada vez más gente advierte que una portentosa transformación tiene lugar actualmente de modo simultáneo en el seno de la humanidad, en la configuración del planeta Tierra y en el contexto del universo. El orden de los factores no altera la epopeya. Si bien quienes la perciben todavía constituyen una minoría, ello no la descalifica. Su relevancia excede el lenguaje y sobrepasa la imaginación. Pasa inadvertida para las muchedumbres, pero desde hace más de medio siglo viene siendo advertida en diversas latitudes por hombres y mujeres que captan en general sus dinámicas e intuyen en particular sus perspectivas. Se trata al mismo tiempo de una convulsión terrenal dramática y de una revelación espiritual evolutiva. Quienes la han estudiado llegaron a la conclusión de que la mentalidad y la estructura con que hoy toman decisiones las principales instituciones políticas, económicas y religiosas son inadecuadas para resolver los crecientes problemas de desequilibrio, creados tecnológica y organizativamente durante la Revolución Industrial del mundo occidental.




Al abordar la eclosión de un modo de pensar en sintonía con esta inédita circunstancia, el científico Allerd Stikker resaltó que "se basa en una sofisticada percepción de la potencialidad de una inminente transformación del proceso evolutivo de nuestro planeta dentro de los venideros cincuenta años, y en la necesidad de reconocer las condiciones imprescindibles para que se produzca tal modificación: restaurar la armonía individual y el equilibrio dinámico de la humanidad en relación con la naturaleza a escala local y global" .




TECNOESFERA




Durante los últimos doscientos años, las sociedades científica y tecnológicamente más avanzadas violentaron sin remordimientos el orden natural mediante la implantación desmedida de establecimientos industriales, emporios químicos y maquinarias emisoras de gases tóxicos, que constituyeron una tecnosfera expandida destructivamente a expensas de la biosfera y la atmósfera. Con la expansión de las ciudades y el asfalto desaparecieron miles de kilómetros cuadrados de bosques vírgenes y llanuras aptas para el cultivo. Efluentes nocivos artificiales de gran potencia fueron desagotados sin límite en ríos, mares y océanos. Compuestos sintéticos peligrosos se incorporaron al mundo vegetal sólo en función de los intereses lucrativos de enormes emporios agroalimentarios. 



Metrópolis y megalópolis crecieron y se mantuvieron demandando más y más energía eléctrica, combustibles derivados del petróleo y agua potable, emitiendo al mismo tiempo gigantescas masas de desechos perniciosos, efluentes cloacales, polución térmica y perturbación psíquica. El advenimiento de la Edad Atómica —iniciada como recurso de guerra extrema y seguida como industria nucleoeléctrica— aportó un lastre fatídico de basura radiactiva para la cual no existe solución técnica, salvo aislarla durante decenas de miles de años.




Fue así que durante los siglos XIX y XX, la mentalidad y el formato para la toma de decisiones desde los centros de poder políticos y económicos de Europa y Estados Unidos (el Occidente cristiano) —desembocando en una especie de feudalismo electrónico— fue adquiriendo matices impropios e incapaces de encarar y resolver serios desequilibrios provocados por la innovación tecnológica y el desarrollo organizativo del mundo capitalista.




El geoteólogo Thomas Berry lo expresó de este modo: "Tenemos que reinventar al ser humano. Y, en cierta forma, tenemos que reinventar a la Tierra. Pero nosotros todavía no podemos hacer lo que se necesita hacer, solamente la Tierra puede hacerlo. Las fuerzas de la vida devolverán una cantidad asombrosa de las cosas más maravillosas del planeta solamente si les permitimos que funcionen. Así como es el mundo exterior, así es el mundo interno. Si destruimos el mundo exterior, destruimos nuestro mundo interno. Y el no entender eso y heredar un mundo degradado, un planeta degradado, produce humanos degradados. Y humanos degradados continuarán degradando mucho más el planeta. Ahora hay algo de lo que hablo con frecuencia. Lo denomino momentos de gracia. Hata diría que existen momentos cosmológicos de gracia. Esta palabra se usa generalmente en un contexto religioso, pero pienso que esos grandes momentos en el universo, cuando el futuro fue determinado en una forma muy profunda –momentos cuando estaba también al borde de la catástrofe–, son momentos de gracia" .





En consecuencia, nuestra especie enfrenta una disyuntiva extrema: evolución o extinción. No se trata de de un argumento fantasioso. Todo se encuentra en estado de convulsión: el clima, el entorno natural terrestre, las sociedades humanas y los individuos en el planeta entero. Pero a diferencia de los ocasos irreversibles que en el pasado borraron de la realidad a una notable cantidad de culturas y civilizaciones en latitudes diversas, ahora está en juego la totalidad del globo que habitamos.




A pesar de las abundantes evidencias al respecto y de la gravedad de la situación, la cantidad de personas que se detiene a considerar los matices de esta encrucijada histórica es reducida. O sea, no se trata de una percepción multitudinaria. Mas bien constituye una consciencia de minorías, pues la multitud oscila entre la indiferencia y el aturdimiento.




Esto último no es accidental. Ocurre como resultado de un proceso de insensibilización social metódicamente programada durante el último siglo y que constituye el eje de la llamada sociedad de consumo . Que consiste en una hipótesis de "abundancia" y "plenitud" adquisitiva apuntada a convertir a toda la humanidad en una pléyade de consumidores y contribuyentes impositivos. La falacia que se oculta detrás de esta monumental manipulación colectiva es conocida como tecnocracia, o sea, una forma de gobierno mundial según la cual el control es ejercido por una selecta élite de burócratas y políticos apoyados en un sistema diseñado por técnicos y científicos y manipulados por una vasta trama de clanes corporativos, cuyos economistas manejan financieramente la totalidad de nuestro planeta.



Berry destaca también que la última década del siglo XX podría considerarse como un momento de gracia porque a partir de entonces estamos despertando de una fase destructiva y ahora hay posibilidades que no existían hace diez años, o aun hace cinco años. Si estas posibilidades pudieran ser activadas a un orden profundo de magnitud, podríamos comenzar con lo que él denominó la Era Ecozoica . Hemos tenido la Paleozoica, la Mezozoica y la Cenozoica, y a él le gusta hablar acerca de la Ecozoica como el próximo período, en el que los humanos se presenten al planeta en un mutuo acrecentamiento: "En unos cuantos años mi generación ha destruido más que todas las anteriores generaciones puestas juntas. Hemos devastado el planeta. Eso es una enormidad. Lo importante ahora no es lo que ha acontecido en el pasado, a pesar de que sí necesitamos saberlo. Es mas bien cómo vivir en el futuro, cómo desarrollar una forma de ser creativo en cada fase de la vida para que pueda existir un futuro viable, un futuro que tendrá un ingreso que evocar las energías psíquicas que necesitamos para poner adelante un vasto esfuerzo creador. Si entramos juntos en la dinámica del saneamiento total del universo y del planeta, se puede hacer".




El siglo XX fue al mismo tiempo una cumbre y un abismo. Durante su transcurso, la humanidad logró remontarse a niveles descomunales de su potencial inventivo en el campo tecnocientífico. Pero al mismo tiempo se desbarrancó hacia zonas espantosas de barbarie, donde el genocidio y la destrucción del entorno natural dejaron hondas cicatrices en la conciencia colectiva. Nominalmente, se superaron infamias de siglos precedentes, como el colonialismo y la esclavitud, pero en realidad aparecieron otras dinámicas totalitarias que siguieron destrozando la existencia de generaciones enteras en numerosas latitudes del globo.




Nuestro planeta, la humanidad y el cosmos, son al unísono parte de la totalidad de un proceso universal dinámico, coherente e interactivo. Se trata de un vínculo libre de jerarquías, lo cual significa que el ser humano posee dones especiales pero no se encuentra por encima de la naturaleza: es parte de ella. La vida terrestre mantiene una conexión expansiva con la energía del universo y es en su propio contexto físico, mental y espiritual que el individuo evolutivo se asume como parte integral del proceso que lo abarca, refinando sin cesar sus potenciales de intuición y espontaneidad.




Es así como se consolida la evolución humana: con marchas y contramarchas constantes. Pero ahora, el "estado de gracia" no emana de una revelación sobrenatural ni de la proclama irresistible de un profeta iluminado. Si bien hasta aquí, el proceso evolutivo de nuestra especie fue inconsciente y ocurrió como parte de los ciclos que se aprecian desde siempre entre el cielo y la tierra, a partir de ahora nuestra marcha evolutiva será consciente , asumida paso a paso por todos los que se sientan —genética y espiritualmente— convocados para ello. Como antesala de una edad nueva, y en sintonía con las energías supremas de la creación.